La llama del amor
#LoveIsInTheAir

Todo
empezó un día sin más, me desperté dando un saltó de la cama, al fijarme en el
reloj y ver que llegaba tarde. Cogí el coche a dirigirme hacia la oficina. Mientras
iba en camino, me di cuenta de que tenía fiesta. Hoy empezaba las vacaciones. Así
que me dirigí al bar a leer un poco y a desayunar. Como siempre un café con
leche, no demasiado caliente. Retome el libro que tenía en el bolso y me
dispuse a leerlo. Alimentando la imaginación. Pero de golpe. Las luces se
apagón. La puerta era electrónica así que nadie podía salir. Le pregunté al
camarero haber que ocurría y no entendía porque el apagón. Al darme media
vuelta choque sin querer con alguien. Todo estaba demasiado oscuro no podía ver
con claridad. La luz volvió y me encontraba justo delante de él. Alto, moreno,
ojos claros, sonriéndome. Le pedí disculpas por mi atrevimiento. Entonces con
una sonrisa y la vergüenza pronunciada en mis mejillas ruborizas. Me dispuse a
salir. Me dirigí al parque. Estaba desierto. Realmente no tenía planes. Me
dejaba llevar. Entonces una voz me pidió sentarse al lado. Acepté. Era él, el
mismo hombre con el que había chocado en aquel bar. Cogió mi libro, leyendo la
portada y su sinapsis de atrás, sonrió y en aquel momento empezamos
hablar. Al tiempo se nos había echado
encima, así que me invitó a comer después de unas horas hablando y
conociéndonos. Cada instante parecía sacado de una escena de película
romántica. No podía creer que algo así me ocurriese a mí. Después de comer nos
despedimos tomando cada uno su camino, por su puesto dejándonos el número para
estar en contacto. Día a día iba a desayunar aquel bar donde terminaba
encontrándolo. Tan puntual como siempre. De un día para otro nos encontrábamos
desayunando todos los días en la misma mesa, mirándonos, hablando. Pero hoy iba
a ser último tenía un viaje programado para las vacaciones, y ya tenía que
partir después de una semana viéndole, sonriendo sin más... Me despedí del como
un día normal, no quería que la despedida fuera diferente. Así que al salir
mientras me dirigía al coche le mande un mensaje de texto para comentarle que
durante un tiempo no me vería más por aquel bar. Le comenté que me iba.
Momentos después ya me encontraba en una playa lejana, dentro de un bungaló de camping. No había ni siquiera cobertura con la que hablar con alguien. Risas y familia, gente adolescente en el ambiente jugando, divirtiéndose. Cada año iba al mismo camping, ya todos nos conocíamos.
Después de horas en la playa, tomando el sol, dibujando o escribiendo. Me dirigí a mi bungaló, entre me quité el biquini quedándome desnuda por completo metiéndome en la ducha para quitarme la calor o la arena de la playa incluso la sal de lagua. La música me hacía cantar... Cuando abrí al cortina de la ducha. Ahí estaba él, Daniel. Sonriendo, con sus ojos desviándose, al exclamar que hacía ahí tapándome como podía con la cortina y las manos mis partes. Con su sonrisa seductora digo, -sorpresa- . No entendía hasta que explicó que venía de vacaciones. Sorprendida por su aparición, pero contenta fuimos a celebrar su llegada. Me puse un vestido azul y unos tacones, aunque los tacones apenas los lleve puestos. Caminamos por la orilla de la playa hasta llegar al chiringuito. Empezamos a beber, volviendo, nos paramos a una piedra de la playa donde él se declaró. Acepté sin más.... Aunque no sabía si realmente era verdad o una broma de borrachera... Me sin más me besó. El beso más apasionado que pude sentir... Llegando al bungaló, después de carcajadas, caídas tontas y algún que otro baño en la playa con la ropa puesta, que sin pensarlo al llegar, me quité el vestido, en aquel instante se abalanzó sobre mí, besándonos, sin freno ni censura, nos dejamos llevar por nuestros impulsos instintivos, deseo... Al despertar a su lado, aun recordaba lo que había ocurrido la noche anterior... Tan solo sonreía, por un amor que empezaba a expandir su llama.... Así empezó la mejor historia de amor que pude saborear. Enamorándome por instantes.