Las dos caras


Cuenta la leyenda que la luna tiene dos caras, la cara oscura que no se ve, y la cara blanca que todos ven, y que las personas son a su semejanza, un lado que tan solo con amor se puede observar, y el lado que todos ocultan. Oscuro sigiloso.

Desde que era pequeña comprendí que hay dos caras en cada mirada, diferentes perspectivas. Está la cara que mostramos al mundo y la cara que pocos pueden o llegan a conocer.

Los instintos convertidos en secretos, las sonrisas camufladas de tristeza aparentando alegría, las mentiras que soltamos constantemente, todos intentando ser valientes cuando somos débiles. Hay varios momentos en la camino de la vida, que nos tuercen a mentirnos a uno mismo. Supongo que nadie quiere o desee escuchar penas y problemas ajenos. Sin embargo, hablo por mí misma cuando digo que realmente ¿porque mentimos en nuestra apariencia? Puede que no nos guste mostrar nuestros temores, nuestro propio tormento, el caos que se adentra en lo más profundo...

Pero he visto muchas veces que solemos escuchar para responder, no para comprender, y si no intentas comprender las razones porque luego juzgamos cuando al llegar a casa somos iguales que ellos, pero peores, porque no tenemos el valor de decir, si siento lo mismo, o me siento mal, y sé que en muchas ocasiones no hablamos porque no queremos herir a los demás, y aguantamos, amordazando aquella voz, intentando no sentir, pero si no podemos evitarlo, y siguen haciendo ruido a atormentando, no creo que haya algo mal en cómo somos o como nos sentimos, pero tampoco podemos herirnos a nosotros mismos para no herir a los demás, porque al final lo que pones en juego, es tu tiempo y tu corazón desecho en cenizas....

De la misma manera empecé andar, solía pisarme los pies, me caía constantemente, mi madre siempre me ayudaba a levantar, o me daba ánimos para que yo misma lo hiciera, en cambio a mi padre le dolía cada golpe que recibía cuando caía. Se quejaba por temor a ser herida. Pase varias caídas en mi camino hasta el día de hoy, mi padre y sus consejos, y las veces que mi madre hacía algo para hacerme reír o se sentaba a mi lado sin mencionar palabra alguna, tan solo se quedaba a mi lado.. Entonces sentí más aliviada, pues sentía que a veces puedo caer y no necesitar ayuda pero saber que tengo el apoyo de los míos, como las veces que lloré en los hombros de mi hermano, o en los escritos más sinceros que compartía con mi hermana. Y llegué a la conclusión que no se necesita mentir con tu aprecia porque aquellos que conocen de ti, sabrán cuando mientes, cuando no estás bien o cuando si, y ellos serán quienes compartan tu dolor y todos a su manera. Pero antes de terminar, dime ¿te atreves a ser sincero contigo mismo?


¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar