Huir y quedarse con el dinero

Rubio decisión 2- Escrito por Judith Rísquez Bautista

Rubió, se guardó la cartera con el dinero y siguió caminando como si nada. Cuando legó a casa, decidió contar el dinero.

-¡25.000 euros!- Exclamó sorprendido.

Tenía muchas preguntas, pero aún no sabía cómo reaccionar, de momento guardó aquella cartera en el techo falso del cuarto de baño. Entonces entraron sus compañeros de piso, y el intentó disimular.

A pesar que cada uno hacía su vida, pudieron notar una actitud extraña en Rubió. Todos preguntaron pero él no mencionó nada. Aún tenía que pensar cómo utilizar el dinero y con quien confiar. Recordaba lo que su abuelo le decía, y por una vez quiso, hacerle caso, tenía la oportunidad de disfrutar, sin embargo aún no sabía cómo. Así que aparento normalidad.

Se pasó la noche en vela con sus dudas y preguntas. Entonces sonó la alarma, era hora de ir a clase. Pero su mente estaba en otra cosa, así que apenas prestó atención.

Sé paso por casa a comer y ahí se encontró con Andrés, uno de sus compañeros de piso.

-Hola

-Hola Rubió, ¿Todo bien?

-Si claro, y tú, ¿que como te va la faena?

-Bien, hoy mucha faena, pero quiero que sepas que ayer estuviste muy extraño, apenas hablaste y te fuiste sin cenar a la cama. ¿Sabes que cualquier cosa puedes contar conmigo, verdad?

-Mmm, vale, claro, si todo bien.-comentó rubió.

Después de comer cada uno siguió con sus rutinas.

El rubio se fue a trabajar. Poco después recibió un mensaje.

"Cogiste algo que no te pertenece. Devuélvelo mañana a paseo piñonero a las 20h, o atente a las consecuencias."

Aquellas palabras significaban que alguien lo vio y lo amenazaba. Al terminar el turno volvió rápido hasta casa. Fue al baño, y no encontraba la cartera. Alterado y nervioso, rubio fue al comedor donde se encontraban sus compañeros de piso.

-Hola chicos, ¿habéis visto una cartera en el baño?

-Sí, estaba muy vieja, así que la he tirado a la basura, te lo puedes creer, un pájaro se ha colado y la he encontrado al quitarlo, increíble.- Dijo Andrés.

-¿Entonces tú la guardaste ahí?-Comento la chica.

El rubió necesitaba encontrarla, sin decir nada se fue a la cocina.

-No la encontrarás, hace nada he bajado la basura al contenido, olvídala-Dijo el otro compañero de piso.

El rubió se fue corriendo, hasta el contenido, empezó a sacar bolsas y bolsas y abrirlas para encontrarla. Al final la halló, se sentía menos alterado, intento volver dejar las bolsas de nuevo dentro del contenido. Corrió hasta casa donde comprobó si aún estaba el dinero. Y de nuevo se sintió aliviado.

Pero de nuevo tenía dos opciones. ¿Qué haría, ignorar el mensaje o ir aquella dirección y devolverlo?



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